Escritos Ser niño(a) en la posmodernidad

Luisa Moyano

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Ser niño(a) en la posmodernidad

Hoy en dia a los niños(as) se les mata, se les viola, se les droga, se les abandona, pero también se les exige desde muy pequeños en algunos casos a que desarrolle su potencial o talento a través de la música, el deporte, las artes; se espera que tenga una agilidad y estimulación adecuada desde muy pequeños que los lleve a un aprendizaje de otras lenguas e incluso fortalezca sus habilidades para los procesos de lecto-escritura. Todas estas condiciones de vida están atravesadas por un discurso que impera en la pos-modernidad. “El niño(a) como sujeto de derechos” y para aquellos casos en los que persiste la desigualdad, las condiciones de pobreza y violencia contínua en la vida de muchos, es usado el término “restablecimiento de derechos”.

Si nos detuvieramos a hacer un análisis acerca de los elementos que envuelven esta noción de derechos tendríamos que pensar en la concepción de niño(a) que predominaba anteriormente y con ello me refiero principalmente a la época de la modernidad S.XVI donde ser niño(a) era sinónimo de incapacidad, debilidad, fragilidad, por tanto era un ser inacabado que debía ser gobernado por los adultos, el término usado para referirse era “infante” que viene del termino infancia y significa sin voz, en este mundo pensado para los “adultos” se esperaba del niño(a) la obediencia exclusiva hacia las instituciones, la familia y escuela. En la familia la razón estaba depositada en el “jefe de la casa” y la madre era la mayoria de veces ejemplo de sumisión, entrega y afecto. Por otra parte, la escuela no se desligaba de esta concepción de niño pues su modelo jerarquico basada en el poder del conocimiento que tiene el maestro y que es depositado en el alumno, buscaba básicamente un aprendizaje basado en la memorización evaluación y calificación del sujeto, dicho en otros términos la escuela jugaba y sigue jugando un rol represivo en el desarrollo de los niños(as).

Esta época, sin duda representa la racionalidad, libertad y centralidad del hombre donde se le proclama como dueño de su propia vida y capaz de elegir sobre la manera en cómo vivirla; no obstante para que fuese sostenible este ideal de hombre moderno, era necesario que el hombre estuviera institucionalizado en espacios contenedores como la cultura, la escuela, la iglesia, la familia o el Estado, espacios pensados para organizar la vida humana.

En ese orden de ideas el niño de la modernidad no se distancia mucho del niño(a) en la posmodernidad, pues también está “Sujeto” a las instituciones, sin embargo el paso a la Pos-modernidad S. XXI nos revela un rechazo a todas las lógicas de vida imperantes en la modernidad, puesto que al descentralizarse el racionalismo absoluto, el autoritarismo, y perder credibilidad el Estado y entre otras instituciones, emerge un nuevo paradigma social y por ende la visión del niño(a) se transforma como un ser de derechos, que es pensado desde la democracia, desde lo público, desde las diversidades culturales y por supuesto desde su singularidad y autenticidad, este discurso que responde a la idea de libre desarrollo del potencial del niño(a) contiene nuevas formas de vida, donde el vínculo y las relaciones por ejemplo se transforma, lo virtual y los medios de comunicación son esenciales, las familias son diversas y cumplen otras funciones, así como el consumismo se vuelve en estrategia servil del capitalismo, pues se vive para producir.

Diremos pues, que la nueva idea de ser niño(a) en la posmodernidad es compleja pues existen relaciones de poder que revelan la resistencia y permanencia de las antiguas prácticas donde se transitaba por el castigo físico, el abandono de niños(as) entre otras formas de violencia que aún persisten y son sancionadas y tambien esta la emergencia de nuevas prácticas de cuidado, amor y libre expresion del desarrollo de los niños(as) donde lo aceptado es el diálogo, el afecto, el respeto, la participación del niño(a) como valores preponderantes en la crianza posmoderna.

Considero que los extremos impiden ver y aceptar al niño(a) como un ser único, libre y empoderado de sus derechos pues aunque se diga que es “sujeto de derechos” siguen dominando nociones limitantes, por ejemplo en la actualidad muchos padres demandan y esperan de sus hijos(as) que sean “capaces” o “talentosos” pues como lo mencionaba inicialmente se espera que desde muy pequeños aprendan un idioma o sepan tocar un instrumento e incluso que en la primera infancia aprendan a leer y escribir como lo venden algunos colegios. Todo este afán de que el niño(a) desarrolle sus “aptitudes” sencillamente sigue contribuyendo a la lógica de producción, mercado y consumo para la cual se vive en la posmodernidad.