Escritos La educación en infancia en tiempos de covid entre el analfabetismo digital y la sobrecarga de actividades
En Colombia llevamos casi cinco meses adaptandonos y tratando de sobrevivir y sobrellevar todos los cambios que ha traído esta emergencia sanitaria, el virus llegó para cuestionar la educación, las relaciones, la economía, y por ende la forma en que aprendemos y enseñamos desde la distancia claramente la tecnología juega un papel trascendental en nuestras vidas.
Este panorama ha generado que un número importante de jardines e instituciones privadas entren en crisis, algunos incluso han tenido que cerrar sus puertas pues sostener el salario, arriendo y demás gastos que conlleva el funcionamiento de una institución educativa en medio de una pandemia resulta casi que imposible, lo cual es comprensible, pues para muchas familias sus ingresos han disminuido, otras han perdido empleos, pero también existen quienes lo que realmente buscan es un lugar que cuiden a sus hijos mientras trabajan y de paso también aprendan, situacion que no pueden ofrecer las instituciones; por eso creo que el covid 19 ha marcado profundamente las brechas de desigualdad y pobreza, pues quienes ostentan solvencia económica pueden darse el lujo de contratar profesores personalizados, tutores que acompañan el proceso de educación en casa de sus hijos e hijas y continuar aprendiendo desde ciertos privilegios.
Pero el gran desafío, se presenta cuando las condiciones socioeconómicas no les permiten a las familias garantizar un acompañamiento eficiente y de calidad que requieren los niños(as) teniendo en cuenta que ya no pueden asistir a sus escuelas y que de igual forma necesitan continuar con su educación así como los adultos cuidadores necesitan encontrar formas alternativas de generar ingresos o mantener sus empleos, es por esta razón que se acentúan las desventajas en la educación, pues los niños y niñas primero tienen limitaciones de acceso al uso de dispositivos tecnológicos y a una alfabetización de calidad que les permita hacer un uso crítico y consciente del internet de las plataformas que visitan, segundo sus familias no pueden brindar un acompañamiento riguroso desde casa pues tienen que salir cada dia a trabajar y tercero la sobrecarga y burocratización de los procesos de formación y evaluación docente que derivan del precario acompañamiento metodológico y laboral frente al uso de las TIC incluyendo la implementación de plataformas eficientes por parte de las instituciones públicas que mitigue la sobrecarga laboral, limitan un acompañamiento totalmente efectivo y creativo del docente, que divide la mayor parte de su tiempo tratando de cumplir con informes que justifiquen su teletrabajo y buscando herramientas y técnicas digitales que le permitan hacer su clase llamativa.
Por otra parte el niño(a) se enfrenta a situaciones complejas pues su vida escolar se reducen detrás de una pantalla, situación que termina cansando y generando las frustraciones por no poder encontrarse personalmente con sus amigos y compañeros de estudio, por otra parte no todos logran adaptarse a la educación virtual y quienes lo hacen generalmente cuentan con el apoyo constante de alguno de sus padres o de un adulto que guía, aún así creo que es necesario que la educación se replantee su metodología pues más de lo mismo y pretender que los procesos pedagógicos sean iguales que en la presencialidad aun cuando nos enfrentamos a la virtualidad de forma permanente e indefinida, sería desconocer la razón de ser del sistema educativo invalidar las necesidades y ritmos de aprendizaje que enfrentan los niños y niños desde la cotidianidad de sus hogares, la pandemia nos invita a pensar y reformular las formas de educación tradicional para proponer nuevas rutas y escenarios de aprendizaje virtual que validen las necesidades de los niños y niñas, reconociendo claramente las etapas y procesos de desarrollo e involucrando de forma participativa y consciente a las familias y adultos cuidadores que comparten la cuarentena con ellos.